En este nuevo post quiero desarrollar una reflexión sobre aspectos relacionados con la “intención”, con quizás una de las partes más básicas en el enfoque más estratégico de la comunicación.
A la hora de desarrollar una campaña y desde unas claves o premisas básicas de partida podemos preguntarnos, ¿es lógico pensar que en el desarrollo de una campaña donde se nos muestra y ofrece un producto determinado por parte de empresas e instituciones cabe la intención de no dar a conocer o no clarificar el producto que se comunica?, ¿no sería esto último claramente contraproducente para el producto en cuestión, una contradicción en si misma?
Puede parecer una absoluta contradicción invertir miles o millones de euros en comunicación y marketing, y no intentar clarificar o dar a conocer totalmente nuestro producto. Una premisa lógica de partida, un fundamento de marketing sería suponer justamente esto, que cuando una institución lanza una campaña intenta hacer la mejor campaña a nivel creativo o al menos la más adecuada, a nivel de marca y a nivel perceptivo para hacer entender el producto y sus beneficios a su cliente potencial.
Desarrollar la campaña
Por tanto, cuando analizamos campañas y vemos que existe una intención consciente de crear dificultad en la percepción del consumidor a la hora de desarrollar la campaña de un determinado producto, y es esta y no otra la intención real de algunas instituciones a la hora de desarrollar determinadas campañas, podemos intuir que existe una intención poco ética en la comunicación que se desarrolla.
Pensemos en cualquier campaña de servicio de telefonía e internet, encontramos enormes dificultades para saber con exactitud qué opción estamos contratando, es decir, qué servicios incluye, qué tráfico de subida o bajada de datos podemos alcanzar teóricamente y cuales realmente, etc.
Podemos tener cierta duda y así se nos argumenta en ocasiones que esta confusión es debida a la “aridez” del tema o del producto en cuestión y por tanto a la dificultad de desarrollar una campaña de comunicación. Sin embargo en este ejemplo planteado se trata de conocer un servicio que incluye una determinada carga de datos, durante un tiempo de contrato determinado por el precio anunciado. En teoría debería ser sencilla y clara la campaña y sin embargo en ocasiones nos llevamos sorpresas ante la no concordancia del tráfico de datos o el coste del servicio por ejemplo.
Podemos recordar otras muchas campañas en otros sectores tales como la televisión privada, donde se comunica un precio que tras un breve período se modifica y existe una obligación contractual de permanencia temporal, lo cual tampoco queda especificado en los anuncios.
Falta de ética
Detrás de estas campañas, ¿hay una dificultad comunicativa por el tema en cuestión o existe una falta de ética en la estrategia de comunicación del producto por parte de la compañía al no tener la intencionalidad ética de comunicar veraz y/o claramente?
Podemos tener dudas en la intencionalidad a nivel de la estrategia de campaña desde el argumento de la dificultad en la comunicación. Pero si abrimos la mirada y analizamos temas o sectores de mucho más difícil entendimiento para un consumidor medio no especializado en un tema de dificultad técnica, o de conceptualización abstracta, vemos como claramente en una parte hay un esfuerzo comunicativo en la pieza desarrollada, tanto a nivel creativo como a nivel comunicacional que adolece la comunicación de los productos mencionados anteriormente.
Veamos un ejemplo que materializa la reflexión teórica planteada en este post a través de una acción de comunicación desarrollada por la Fundación Biodiversidad. Esta Fundación, que lleva trabajando desde el año 1998, para contribuir a la protección y la conservación de nuestro patrimonio natural, cuenta entre sus muchos ámbitos de trabajo con una temática denominada “Custodia del territorio”.
Por definición técnica la custodia del territorio, “Es un conjunto de estrategias e instrumentos que pretenden implicar a los propietarios y usuarios del territorio en la conservación y buen uso de los valores y recursos naturales, culturales y paisajísticos…”*.
De la definición técnica vemos que se trata de un tema de difícil conceptualización, y de mucha mayor dificultad comunicativa que el precio del servicio de cualquier ADSL del mercado o la cuota mensual del servicio de televisión, y sin embargo vemos como a la hora de desarrollar la campaña de comunicación sobre el tema, la pieza elaborada por la Fundación Biodiversidad, salva todas las dificultades conceptuales y tiene la clara intención de hacer llegar y comprender por parte de la ciudadanía un tema de dificultad conceptual. En la página de la Fundación, podéis encontrar el video que explica el concepto y el proyecto de custodia del territorio.

Tras el visionado de la pieza audiovisual, ¿podemos saber de qué estamos hablando al mencionar la “custodia del territorio”? En mi opinión creo que queda perfectamente explicado e incluso podemos destacar el esfuerzo por hacerlo entender en el uso de la técnica empleada para desarrollarlo y suponemos que con mucho menor presupuesto que los anuncios desarrollados por las empresas de telefonía o de televisión para sus ofertas de producto.
Por todo ello podemos concluir que la falta de ética en la comunicación la podemos encontrar no solo por acción sino también por omisión, al tener campañas con una mala comunicación a nivel entendimiento desarrollada de manera intencionada en temas que son a priori sencillos de comunicar, “qué precio vale el servicio, más allá del primer mes o primeros meses y qué servicio ofrece” y vemos como no debe ser una argumentación para defender la falta de ética.
*fuente de datos: plataforma de custodia del territorio de la Fundación Biodiversidad.